La cama de n?quel
donde me esperbas de muy joven,
el radiogram?fono que cog?a todo,
cuando te llevaba a aquel caf?
traigas fresas con nata dec?a
y soberbio te miraba mientras el otro
se giraba haciendo muecas
mof?ndose de m?. Aquella foto
que llevaba seiembre encima antes que un caj?n
la guardase y desluciese,
supe as? de tu muerte
y record? cada rizo
y en tu semblante la suerte.
Mi memoria saca recuerdos de un sombrero
sin que yo pueda elegir los que quiero.
He tenido alegr?as.
A veces nos dorm?amos los tres
yo, tu madre y t? en la misma cama
cu?nta inocencia, qu? santa Trinidad
era un gesto de afecto y respeto.
?Oh memoria! Por qu? me enga?as
por qu? c?mo si fuese viento me echas
este polvo hacia mis ojos